Parece ser que la escénica cascada de Seljalandsfoss, el paisaje lunar del volcán Askja, los icebergs de Jokulsarlon o los simpáticos frailecillos con su pico rojo vuelven a estar solo a un salto de avión. Islandia ha anunciado que a partir del próximo 15 de junio planea abrir sus fronteras a los turistas extranjeros con un test y sin cuarentena.

Islandia

El 12 de mayo, el Gobierno de Islandia anunció que esperaba comenzar a aliviar las restricciones a las llegadas internacionales con un nuevo plan para su desescalada frente a la situación de pandemia declarada por la COVID-19. Así lo confirmó Guðlaugur Þór Þórðarson, Ministro de Asuntos Exteriores de Islandia, al declarar que “con solo tres casos del virus diagnosticados en mayo, estamos nuevamente listos para abrir cuidadosamente nuestras puertas al mundo. Si bien somos cautelosos, somos optimistas con el regreso a la normalidad “. Con ello esperan salvar parte de la temporada turística, un sector clave en un país con 364.134 habitantes que, sin embargo, recibió el año pasado a dos millones de turistas y generó el 10 % de sus Producto Interior Bruto.

OPERACIÓN: SALVAR EL TURISMO

Como la mayoría de países, desde que la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia del nuevo coronavirus, Islandia implementó las medidas preventivas necesarias para controlar la propagación del virus. El éxito sanitario en un país con muy poca densidad demográfica es evidente: 1802 casos y 10 fallecimientos. Que en mayo sólo se hayan identificado cuatro nuevos casos parece indicar que las medidas han conseguido frenar la cadena de transmisión. Pero la economía se resiente y el desempleo se dispara. Por eso, ahora el gobierno ha declarado que es el momento de reabrir el país al turismo.

En este sentido, el Gobierno de Islandia planea comenzar a reducir las restricciones impuestas el 20 de marzo como tarde el 15 de junio, mientras que, según han informado, “a partir del 15 de mayo algunos profesionales que lleguen a Islandia, incluidos científicos, cineastas y atletas, serán elegibles para una cuarentena modificada”. Los viajeros podrán escoger entre cumplir la cuarentena de dos semanas actual, hacerse una prueba de detección del virus, cuyos resultados se conocerán el mismo días de llegada, o demostrar que están libres de infección por coronavirus mediante algún documento o informe oficial emitido por el país de origen.

Asimismo, todo parece indicar que cuando el viajero comience a moverse por el país, tendrá que tener descargada la aplicación oficial que permite la trazabilidad del virus que, según indican los desarrolladores de la misma, cumple con los estándares de privacidad y seguridad más estrictos. Ya solo quedará disfrutar de las maravillas del país. Como suelen decir en Islandia: “þetta reddast!”, que en su sentido figurado, significa algo así como “tranquilo, que al final todo saldrá bien”.

Fuente obtenida de: viajes.nationalgeographic.com.es