Esta particular tradición durante el siglo XIV revive en la región toscana con comerciantes que buscan variantes para vender bebidas y respetar el distanciamiento.
La peste negra o peste bubónica fue una de las pandemias más fuertes de la historia y duró varios años en los que se llevó la vida de al menos más de un tercio de la población europea.
Aunque no se conoce la cantidad de muertos exactos que se estiman cercanos a los 200 millones y tuvo su mayor impacto a mediados del siglo XIV.
En esa época, para evitar el contagio, se implementaron algunas medidas que hoy Italia revive para combatir al coronavirus.
En el país europeo, uno de los más golpeados por el COVID-19, y ante algunos alarmantes rebrotes del virus, reabren las “ventanas de vino” buchette del vino, de la Toscana, una tradición durante la peste negra.
Son ventanas o escotillas de un tamaño pequeño talladas en las paredes de concreto de bodegas y tiendas urbanas, donde los comerciantes de bebidas se las rebuscan para continuar trabajando y servir vasos de vino y otras bebidas y al mismo tiempo intentar mantener una distancia segura para evitar el contagio, consignó el portal Insider.
Por cientos de años, estas ventanas quedaron prácticamente sin utilizar, pero ahora parecen ser una variante interesante para los vendedores de bebidas. “Todo el mundo está confinado en su hogar durante dos meses y luego el gobierno permite una reapertura gradual. Durante este tiempo, algunos propietarios de Florentine Wine Window emprendedores han retrocedido el tiempo y están utilizando sus Wine Window para entregar vasos de vino, tazas de café, bebidas, sándwiches y helados, ¡todo libre de gérmenes, sin contacto!”, expresaron en el sitio web de la Wine Window Association.
“Queremos poner una placa en todas las ventanas de vino, ya que las personas tienden a respetarlos más cuando comprenden lo que son y su historia”, expresó.
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Fuente www.perfil.com
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